La habitación, ni grande ni pequeña, era para alojar una serie de objetos que colecciona el dueño de la vivienda. Nos pidió que el mueble fuese lacado en blanco y que no hubiese tiradores metálicos. Así mismo deberíamos solucionar la excesiva altura de los techos y lo hicimos jugando con los planos de la escayola coloreando los verticales.
Una lista de objetos fotografiados fue el punto de partida. Unos podían estar expuestos a la luz y al aire, otros, solamente a la luz; y unos pocos guardados herméticamente.
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